“Cuando tenga cuarenta…”

Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band (1967-2007)


Apenas dos días después de la edición de “Cien Años de Soledad”, ese genial viaje alucinado con el que Gabriel García Márquez nos transportó al mágico mundo de Macondo, los Beatles dieron a luz “Sargent Pepper Lonely Hearts Club Band” (Sgt. Pepper) plasmando así la idea de Paul de crear una banda imaginaria en la que cada músico encarnara un personaje ficticio. En esa misma pretensión estilística por dar verosimilitud a lo fantástico los Fab Four hallaron el elemento liberador que necesitaban para dejar atrás la pesada carga en que se había convertido la Beatlemania.

El concepto asoma desde la portada. En un collage variopinto los “viejos” Beatles, rodeados por sus héroes, que van de Brando a Marx y de Dietrich a Joyce, asisten azorados a su propia despedida. Melenas, bigotes y coloridos trajes dan lugar a una nueva estética. Innovador e imitado como pocos, el arte de tapa se erigiría en un icono de la cultura pop e inspiraría a los Rolling Stones (“Their Satanic Majesties”) y a Frank Zappa (“We´re only in it for the money”), entre otros. El diseño casi barroco de Peter Blake contrastaría con la ascética austeridad de su sucesor “The Beatles”. La contratapa incluía por primera vez las letras de las canciones.

Si bien el disco carece de unidad en el relato, la repetición de la canción de apertura como reprise hacia el final y las suaves transiciones entre tema y tema (gran aporte de George Martin) dan la sensación de continuidad que impuso al álbum el rótulo de obra conceptual.
En “With A Little Help From My Friends”, con su gracia habitual, Ringo se convierte en el amigo que nos contiene luego del fracaso sentimental, mientras que “Lucy In The Sky With Diamonds” aborda la psicodelia desde la sencillez, y entre cielos de mermelada y flores de celofán nos transporta a los caleidoscópicos universos de Lewis Carroll. La lírica de “Getting Better” pone de manifiesto la tensión Lennon-Mc Cartney, al 'It's getting better all the time” de Paul, John respondió con su irónico aporte: 'It couldn't get much worse’. “She's Leaving Home”, en la línea de “Eleanor Rugby”, pinta con suaves tonos de melancolía el conflicto generacional tan en boga en los albores del “summer of love”. George, en plena consolidación como compositor, exhibe con naturalidad su devoción por los ritmos hindúes en “Within You, Without You”, como un adelanto de “Wonderwall”, su primer experimento solista de 1968. La melodía “vodevilesca” de “When I'm Sixty-Four” contagia desde el primer acorde y abre el interrogante de la vejez que ni Lennon ni Harrison lograrían develar. Los versos de “A day in the Life” (“I saw a film today oh, boy…the english army had just won the war”), acaso una de las más inspiradas colaboraciones entre John y Paul, recuerdan cuan latente estaba en el subconsciente de esa generación el flagelo de la segunda guerra mundial.

Con esta obra quizá los Beatles hayan iniciado el camino sin regreso hacia el final del sueño, una dimensión onírica a la que sólo puede accederse derribando las barreras que separan la realidad de la fantasía, esa tierra sin tiempo donde la Sargent Pepper Lonely Hearts Club Band interpreta sin pausa sus melodías para la niña con el sol en sus ojos.
Jorge Cañada B.
(Buenos Aires, Argentina)

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