Discos y Otras Pastas 12

RICHARD WRIGHT (1943-2008)

Siempre asocié la figura de Rick Wright (tecladista, compositor y cantante de Pink Floyd) con la de George Harrison. Ambos integraron un cuarteto genial fragmentado por la lucha de egos. Crearon gemas musicales inolvidables, delicadamente ocultas entre los pliegos de obras monopolizadas por los líderes de turno. Ambos sintieron cierta frustración por el relegamiento que sus composiciones tuvieron dentro del grupo. Almas serenas y esquivas en un mundo exitista que persigue la exposición sin reservas y nos condena a la frustración permanente.

Rick creó un estilo sobrio y melancólico, influenciado por el free-jazz. Poco afecto a los barroquismos de sus coetáneos, optó por construir atmósferas a partir de la superposición de sucesivas capas sonoras. Los arpegios de piano Leslie en la apertura de "Echoes" y las resonancias de su órgano Farfisa en "Set the Controls for the Heart of the Sun" y "
Matilda Mother" son el sello inconfundible de su fenomenal aporte al sonido floydiano.

En 1969 compuso para el disco Ummagumma una pequeña sinfonía inspirada en Sísifo (“Sysyphus”), un personaje de la mitología griega que por su astucia desató la ira de los dioses y fue obligado a empujar de por vida una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada. Cada vez que la piedra alcanzaba la cima volvía a rodar hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio. La historia inspiró un ensayo de Camus, presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno.

Wright acuñó piezas fundamentales del repertorio de la banda. “It would be so Nice” y “Paintbox” lo postularon como fuerza creativa alternativa a Syd Barret. La bella “Remember a Day”, entrañable elegía sobre la infancia perdida y el irremediable paso del tiempo. “See-Saw”, una acuarela de nostalgia psicodélica. “Summer 68”, una proto-suite de melodía zigzagueante escondida tras la pretensión sinfónica y una omnipresente sección de vientos. En pleno canto de cisne de Floyd, con “Wearing the Inside out”, dio el toque elegante que los devolvió a los climas más sofisticados desde The Dark Side of The Moon.

Pero, sin dudas su obra más popular fue “The Great Gig in the Sky”, una oda a la muerte en clave de alta fidelidad alojada en el corazón de “The Dark …”. Sin embargo, esa vez el reconocimiento final se lo llevó la interpretación vocal de Clare Torry.

Como Sísifo, pareciera que Rick nunca logró llegar a la cima para quedarse. Luego de su enorme contribución en “Shine On You Crazy Diamond” pasaría casi desapercibido en Animals, para terminar despedido a manos del Waters despótico circa The Wall. Volvió tímidamente en A Momentary Lapse of Reason para retomar su rol definitivo en The Division Bell y su mejor intento solista, el exquisito Broken China. Se destacó tanto en la grabación como en la promoción de On an Island de Gilmour, y justo cuando había recobrado confianza para un nuevo disco solista la muerte lo dejó sin aliento.

En su ensayo, Camus afirma que Sísifo logra liberarse durante un breve instante, cuando termina de empujar la piedra y aún no tiene que comenzar de nuevo desde abajo. Tal vez la muerte haya sorprendido a Rick en ese preciso momento.

Jorge Cañada B.

Entradas populares