Mudhoney en Niceto (19 de octubre)

Estoy con el cuerpo hecho mierda, con las costillas adoloridas, pero, contento. El concierto de Mudhoney tuvo de todo: sucio y desprolijo garaje punk rock, alto volumen, pogo endemoniado y canciones extras cuando se agotaron las del setlist. Pero, ahí no quedó la cosa. Una vez terminado el concierto pude pasar a los camerinos a saludar a la banda, y una hora más tarde estuve con ellos, y algunos fans, conversando, comiendo y libando en una taberna hasta las cuatro de la madrugada. Una noche de antología.Un cuarto para las once de la noche fue el momento escogido por estos pioneros del más puro “Seattle Sound” para hacernos recordar con sus distorsiones, gritos y movimientos frenéticos que el grunge no está muerto, vivito y coleando, así se enoje o lo niegue, donde quiera que esté, aquel famoso rubiecito patético que se mató de un tiro a mediado de los noventas.El cantante Mark Arm pese a tener más de cuarenta años, aún conserva su voz desgarrada, a un solo paso del daño irreparable a sus cuerdas vocales. Sus gritos en temas como “No One Has” o “Hate the Police” eran invocaciones al descontrol total, todos sentimos aquel llamado a nuestro ser primitivo, armamos pogos brutales y nos dimos de alma. Steve Turner y su guitarra sobrecargada de super fuzz y big muff nos flagelaban con sus riffs; Guy en el bajo junto a Dan en la batería, trataban de encausar toda esa maraña de sonidos salvajes y desbocados que reventaban los parlantes, una tarea nada fácil.
Tuve muchas personalidades durante el show. Era el fotógrafo ladilla, también el admirador que salta y tararea las canciones, el melómano que oye una canción y la compara con la de estudio, el voyeur que se deleita con la masacre festiva de los hinchas más pogueros, y, por primera vez, fui el avezado entusiasta que se abalanzó sobre el público, para usar su cuerpos y sus cabezas como mar, para navegarlo, para surcarlo y así dejarme llevar por la música y la euforia, fueron quince segundos en la cima con “Blind Sun” y diez con “Touch Me I’m Sick”, una montaña rusa de rock n’ roll.
Antes de terminar esto quiero contarles que los Mudhoney están muy interesados en tocar en el Perú, y no solo en Lima. Mark Arm me preguntó por otras ciudades importantes de nuestro país y me dijo que le gustaría conocerlas. Han oído buenas referencias. A ver si algún empresario o fan con dinero se anima a traerlos. Hinchada hay y de sobra.
HENRY FLORES



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