THE WEEKND - THE WOMBATS - CAT POWER - MILES KANE

THE WEEKND – “Dawn FM”

No nos engañemos, que The Weeknd haya descubierto las bondades del revival de sintetizadores, solo puede ser sinónimo de tener a nuestra disposición un arsenal de hits de irresistible estampa. Con esa habilidad indiscutible que Tesfaye tiene de saber llegar a toda clase de públicos, una vez más nos vemos en la obligatoriedad de abrazar su propuesta. Es más, tal y como el álbum se plantea, entendemos ahora su trabajo previo (“After Hours”) como una hoja en sucio en la que el canadiense fue realizando sus sumas y sus restas hasta llegar al término definitivo que acontece la espectacular bomba que es este “Dawn FM”. Una emisora nos da la bienvenida: “estás escuchando 103.5 Dawn FM y parece que llevas mucho tiempo en la oscuridad: es hora de caminar hacia la luz”. ¿Quién puede resistirse a una introducción así? Y más cuando lo que acto seguido invade la emisión es un surtido de sintetizadores, cajas de ritmo y voces distorsionadas tratadas con una excelsa elegancia (‘Gasoline’). Poco tardamos en desenvolver uno de esos hits con marca de la casa que apunta a acabar en los podios de todos los rankings globales (‘Take My Breath’). Y aunque el inicio tenga una energía difícil de superar, todavía atestiguaremos algunas sorpresas como su colaboración con Lil Wayne entre punteos funkys para ‘I Heard You’re Married’, o el seudo podcast de mindfulness que el amigo Jim Carrey se gasta para cerrar el disco. Tenemos a un Tesfaye bien acompañado y asesorado, que logra casi esquivar del todo la machacante reiteración de recursos y técnicas, para presentarnos un canal más que aceptable con el que disfrutar de su propuesta. FRANK GONZÁLEZ 


THE WOMBATS - “Fix Yourself, Not the World”

Aquí, la banda de Liverpool experimenta más con su sonido, pero no hay duda alguna de que este es su disco más desafiante. Hay canciones con su clásico sonido (‘If You Ever Leave, I’m coming with You’), también experimentaciones digitales (‘Work Is Easy, Life Is Hard’), algo de pop funk (‘Wildfire’) y hasta música disco (‘This Car Drives All by Itself’). Todos los géneros en los que han incursionado se logran de una manera fenomenal, en parte por la variedad de productores involucrados, y porque la banda decidió incorporar nuevas herramientas como sintetizadores, beats y arreglos vocales de acuerdo con las necesidades de cada género. “Fix Yourself…” te hace bailar, poguear, e incluso hasta tararear una balada de amor (‘Method to Madness’). Esto lo hacen con varios matices, con su ya registrada intensidad y letras acordes a los mensajes de cada canción. The Wombats variaron, pero se mantuvieron fiel a su estilo. G. PADILLA 


CAT POWER – “Covers”

Marshall no se contenta con hacer versiones, sino que lo suyo suele ser una reinvención de la canción. Aquí, en este su tercer disco de covers, amplía horizontes e incluye piezas de artistas del nuevo canon como Frank Ocean, sin olvidarse de otros más afines como Nick Cave, o intérpretes tan idiosincráticas como Nico. La estadounidense siempre ha utilizado este tipo de álbumes para alimentarse creativamente. Su voz es bastante limitada, aunque lo que no tiene en registro, lo tiene en expresividad y emoción, convirtiendo una canción ajena en algo propio, siempre desde un punto de vista personal. Hay muchos momentos notables, desde el inicio con ‘Bad Religion’ hasta el final con ‘I'll Be Seeing You’. Por ejemplo, en la primera no solo le cambia la instrumentación, también le añade nuevas palabras, acordes, e incluso modifica la melodía, haciendo irreconocible a la original pero logrando algo hermoso. En cuanto a ‘I'll Be Seeing You’, aunque es un estándar con miles de versiones, ella parte de la hecha por Billie Holiday en 1944, que era la canción favorita de su abuela, y la reclama por completo, convirtiendo el adiós a un amante en la más escalofriante de las despedidas. Marshall, una vez más, logra encontrarse a sí misma en la música ajena. SERGIO ARIZA 


MILES KANE - “Change the Show”

El cuarto disco de Kane llega tras el discreto “Coup De Grace”, y relega aquellas guitarras otrora tan evidentes a un plano secundario. A cambio, el músico se deja caer en sonidos setenteros como el soul, el glam e incluso el funky, apostando por la inclusión de vientos y teclados vintage al tiempo de apurar su trazo pop. Un movimiento que el músico gestiona con habilidad, en torno a un álbum animoso que destila funcionalidad a lo largo de once piezas que no cambiarán la vida de nadie, pero que la tornarán más colorida durante cuarenta minutos. La secuencia se abre con el medio tiempo ‘Tears Are Falling’, antes de dar paso al acelerón de ‘Don’t Let It Get You Down’ y ese logrado jugueteo con Corinne Bailey Rae que supone ‘Nothings Ever Gonna Be Good Enough’. Una activación que se mantiene constante gracias a otros cortes como ‘Never Get Tired Of Dancing With You’ o los homenajes a The Ronettes y John Lennon que suponen respectivamente ‘Coming Of Age’ y ‘Change The Show’. Ya en el tramo final del lanzamiento destacan ‘Caroline’ y ‘Adios’, que recuerda que la influencia de The Style Council continúa vigente. Estamos ante álbum de sonido atemporal que, sin llegar a desatar la euforia, se degusta con naturalidad e incluso satisfacción en sus mejores momentos, tras levantarse sobre unos parámetros que en manos adecuadas no suelen fallar. RAÚL JULIAN

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