Libros de Némirovsky, Meneses, Licitra, Usón y Strauss


 8 ESTRELLAS / AUTORA: JOSEFINA LICITRA (ARGENTINA)

Cuando uno lee la contraportada, “38 estrellas” no tiene pierde: promete una buena historia de lucha y resistencia, promete el retrato de una época de efervescencia revolucionaria, y, sobre todo, la visibilización y reivindicación de un importante hecho protagonizado por mujeres combativas. Lamentablemente, esta crónica, fruto de una encomiable investigación periodística, naufraga estrepitosamente, cuando su autora, la argentina Licitra, la contamina con propaganda gratuita e innecesaria, y hasta se atreve a decirnos quienes son los buenos y quienes son los malos (que no es lo mismo que tomar partido o tener simpatía por alguien). “38 estrellas” solo funciona como una cronología bien escrita.

CRÓNICAS ARGENTINAS / AUTOR: JUAN PABLO MENESES (CHILE)

Primero existió el blog, luego el libro; la clásica estrategia. El autor intenta armar crónicas polifónicas, gracias a una legión formada por él y los comentaristas anónimos de su blog. Este ejercicio coral termina por abortar a lo que pudo ser un buen libro de crónicas, perfiles y opiniones, como el que nos tiene acostumbrado este destacado periodista chileno. En cada mito tratado, el autor se autolimita en sus análisis e investigaciones, con el objetivo de darle protagonismo a decenas de comentarios de los cibernautas. Y ya sabemos lo que sucede cuando el anónimo troll está detrás de las pantallas. Lo destacable: cuando el autor decide reunirse con algunos de los comentaristas anónimos y narra los días previos, los preparativos y el mismo día del encuentro en el que solo asisten dos comentaristas; prueba irrefutable de lo inútil que fue aquel pretendido ejercicio coral.

EL ASESINO TÍMIDO / AUTORA: CLARA USÓN (ESPAÑA)

Lo que prometía ser una novela negra, una crónica, o al menos una biografía novelada sobre la malograda actriz española Sandra Mozarowsky, termina siendo un aburrido manuscrito, donde solo un treinta o cuarenta por ciento trata sobre la actriz, su vida y su mediático suicidio o asesinato. Todo lo demás, es puro y vano ejercicio autorreferencial, y un incontrolable uso de citas textuales de otros libros que en nada contribuye a la trama.


TODOS TE QUIEREN CUANDO ESTÁS MUERTO / 
AUTOR: NEIL STRAUSS (USA)

Entrevistas reveladoras, divertidas, desconcertantes, exasperantes. Comentarios sabrosos tras bambalinas, cuando se presiona stop a la grabadora. El autor acierta cuando usa los paréntesis o las notas para explicarnos sobre el contexto de cada entrevista. Preguntas psicológicas. Muchas respuestas que nunca vieron la luz en su momento. De todo un poco. No hay duda: todos los músicos están locos, sobre todo los famosos. El último capítulo y el epílogo son la cereza del pastel. El final es escalofriantemente penoso, y en el epílogo, sin pretender sermonear, el autor nos da una lista de “lecciones aprendidas”, que equivalen a un decálogo de sobrevivencia, porque eso ha logrado la mayoría de nuestros héroes musicales: sobrevivir; sobrevivir a la fama, a las drogas, al business y a ellos mismos.


EL VINO DE LA SOLEDAD / 
AUTORA: IRÉNE NÉMIROVSKY (FRANCIA-RUSIA)

Novela con tintes autobiográficos. Némirovsky no tiene piedad cuando se trata de describir a sus personajes. Gracias a sus dotes narrativos, uno los llega a conocer muy bien, y te provocan simpatía o desprecio, ninguno te es indiferente. Aquí se desarrolla con mayor profundidad el conflicto entre madre e hija que ya había abordado en su novelle “El baile”. Descubrimos el origen de esa relación de odio entre ambas, y el retrato familiar que le sirvió para moldear a sus personajes de origen judío: avariciosos, ludópatas, especuladores de la bolsa, etc. La niña que quiere vengarse, la adolescente que ya sabe cómo hacerlo y la jovencita que se está quemando por jugar con fuego. Al final, nuestra querida Elena decide ser superior a sus rivales: no los perdona, pero desiste de la venganza y opta por la libertad, se libera del resentimiento y también de su familia. A partir de ahora, el mundo es suyo más que nunca.

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