EL REGGAE Y SU ORIGEN POPULAR
ESCRIBE: ROGELIO LLANOS
“Por los
caminos del rock” (autor: Esteban Rodríguez) es un libro que se interna por la
realidad social de Argentina, pero que bien podría ser otro país
latinoamericano, para intentar encontrar allí, en los conflictos, en la
identificación de los grupos que la componen, en sus manifestaciones y
creencias, en la virulencia de sus procesos sociales y políticos, aquellos
elementos que constituyen el origen de
aquel universo variopinto, tan violento como amable, tan inmenso como
heterogéneo, tan hermético como generoso, que denominamos rock.
No vamos a hacer una crítica del
libro, sólo queríamos presentarlo debido a que uno de sus pequeños ensayos –
Una música para el éxodo rastafari- está
dedicado, de manera clara y sencilla, al reggae. Y ya sabemos que si hablamos de reggae, de
inmediato surgen algunos nombres como rastafari, Bob Marley, Jamaica. El pequeño ensayo, tal como ya lo indicamos,
es bastante esclarecedor y por ello creemos que bien vale la pena hacer una
pequeña revisión.
Para empezar, el reggae está
directamente vinculado a una época y a un movimiento social. Este movimiento,
con toda la energía propia de una protesta popular, fue, precisamente, impulsado por sectores marginados en la
conmocionada Jamaica de los años setenta. Lo que es innegable, además, es que este movimiento
también tuvo y tiene un componente racial. La música en
Jamaica siempre ha estado muy ligada a lo político y a lo social. En medio de
esta conmoción política, es que se desarrollaron aquellos géneros musicales que
vieron la luz en las pasadas décadas: el ska de los cincuenta, que, politizado
y combativo, cumplió un papel importante en la época de la descolonización y
el rocksteady,
una versión más lenta del ska, que tuvo mucho auge en los sesenta y que, más
bien se decantaba hacia lo cotidiano y lo afectivo. A fines de los sesenta
surge la música reggae y su característica principal es su manifiesta filiación
política.
El texto de Esteban Rodríguez apunta
luego a desentrañar el origen del vocablo reggae. Uno de sus significados es
‘every day’ (de cada día), pero también ‘from the people’ (del pueblo). Según
Toots Hibert, cantante de los Maytals, reggae significaría regular, aludiendo
al ritmo de la música, aunque el mismo Bob Marley decía que la palabra quería
decir ‘la música del rey’. Sea cual fuere su significado, lo cierto es que el
reggae se convirtió en una suerte de bandera de los oprimidos, de los
marginados, de los desclasados, bandera de protesta social y racial. Y todo
ello en medio de una década –los setenta- atravesada por la violencia política
y las pandillas ju
veniles. Por
aquellos días, Jamaica estaba dominada por un 90% de población negra y poseía
un altísimo índice de desocupación (24%). La población se concentraba en
Kingston, la
capital, lo cual no hacía otra cosa sino agravar el estado de violencia y de
enfrentamiento constante entre los grupos sociales.
El
reggae surge de aquellos sectores negros más pobres de Kingston. Y allí mismo
confluye con el movimiento rastafari que ya venía existiendo desde los años
treinta. De inmediato, el reggae asume la condición de vía de expresión de dicho movimiento que se
nutría de la lucha
contra el esclavismo. Líder de este movimiento fue Marcus
Garvey que ya en 1914 fundó la UNIA (Universal Negro Improvement Association) y
que pronto se convertiría en una suerte de profeta rastafari.
Para el movimiento
rastafari, Etiopía es el lugar de la tierra prometida, al que alguna vez se
llegará. Pero el “ahora” era la emancipación, sólo posible de conseguir a
través de la lucha o rebelión y la fuga, la huida a la montaña, el cimarronaje.
Los negros esclavos dejaban atrás las haciendas y se establecían en comunidades
separadas de la sociedad. En los años
50 y 60, la montaña y los
suburbios de Kingston fueron el refugio de los rastas ante la violenta
represión policial. Los rastas anhelan llegar alguna vez a la tierra prometida
y superponen a la imagen del emperador de Etiopía, la del Dios esperado. El
reggae surgió de allí, de ese medio y de sus aspiraciones.
Finalmente, el autor
nos revela el origen del término rastafari. Ras Tafari Makonnen
fue el líder negro coronado como Haile Selassie I, emperador de Etiopía. Muchos
creyeron que la profecía de Garvey se había empezado a cumplir y que dicha
coronación era un paso más hacia la próxima repatriación a la lejana África.
Como era de esperarse, el reggae pronto fue aprovechado por los partidos
políticos en sus campañas electorales. Pero, independientemente del curso que
ha tomado el reggae, nadie puede negar que se trata de un género con una gran
tradición y que evidencia una realidad lacerante que se sustenta en la
injusticia social y en la despreciable discriminación racial.