GET BACK: THE BEATLES VISTOS (Y AMADOS) POR PETER JACKSON (I)
ESCRIBE:
ROGELIO LLANOS Q.
Cuentan las
leyendas que alguna vez los cuatro muchachos de Liverpool estuvieron a punto de
encarnar a cuatro personajes de la gran novela de J.R.R.Tolkien, ‘El Señor de
los Anillos’ (1954). Sí, hablamos de leyendas porque la historia de The Beatles
ha dado paso a un sinnúmero de narraciones reales o ficticias de las cuales
todos, tirios y troyanos, nos hemos ido alimentando a lo largo de los años. Y
la sabiduría fordiana nos lleva a repetir categóricamente, y plenamente
convencidos de su verdad, que cuando la leyenda es más hermosa que la realidad,
pues, debemos imprimir la leyenda. ‘Get Back’ alimenta de manera
proteica esa leyenda. Peter Jackson, su director, oficia de punto de
referencia, de nexo entre aquellos personajes famosos que alguna vez quisieron
-quizás- ser los protagonistas de una versión musical de la obra de Tolkien y
que ahora se han convertido, gracias a la magia del cine y de la tecnología, en
protagonistas de su película, que es, también, entre otras definiciones, un
film sobre otro film.
Hay
una gran variedad de preguntas que surgen de inmediato, siendo la primera de
ellas la siguiente: ¿Qué hace el talentoso director de la trilogía épica de El
Señor de los Anillos en una película sobre The Beatles? Y, más aún, ¿qué es lo
que tiene que decir o agregar respecto a la historia de un grupo musical, el
más famoso y genial de la historia de la música? Si en El Señor de los Anillos,
Peter Jackson nos mostró el épico combate de unos seres de tiempos inmemoriales
contra unas fuerzas sobrenaturales que pretenden avasallarlos, transformando
así ese enfrentamiento en una lucha por llevar a su universo de la oscuridad a
la luz, de las sombras siniestras a la reconfortante claridad del día, en ‘Get
Back’, el cineasta también reconstruye, a
partir del material filmado en 1969 por Michael
Lindsay-Hogg, otro combate, en otro orden de cosas, y en diferentes
circunstancias, aunque sin las resonancias épicas de la aventura tolkieniana:
la lucha por la supervivencia de un grupo musical, pero, mejor aún, la pelea de
cada uno de ellos por mantener vivo el espíritu creador del grupo. Porque, al
final y al cabo, lo que vemos en ‘Get Back’, entre la sorpresa y la emoción, es
el acto mismo de la creación. Peter Jackson nos pone frente a la obra musical
en el momento mismo en que se está creando. Sí, el momento maravilloso en el
que se hace la luz, en el que los sonidos y las palabras empiezan a nacer. Ese
parto duro, violento a veces, tierno y divertido a ratos. Y siempre hermoso.
Así fue como
nacieron las canciones que componen el ‘Let It Be’ (1970), último álbum de The
Beatles en publicarse, pero el penúltimo en materia creativa. Su creación
postrera fue el impresionante ‘Abbey Road’ (1969), aunque ya desde las
reuniones del proyecto ‘Get Back’ (que daría a luz el ‘Let it Be’) empezaron a
surgir los bocetos de algunas de las composiciones que constituirían dicho
álbum: “Maxwell’s Silver Hammer”, “Something”, “Octupus’s Garden”.
II.
Dicen las
crónicas periodísticas que Peter Jackson es un admirador acérrimo de The
Beatles. Y esa admiración lo llevó a indagar acerca del viejo material
desechado por Michael Lindsay-Hogg cuando en enero de 1969 filmó lo que sería
el documental llamado ‘Let It Be’, como parte del proyecto ‘Get Back’. Al
parecer ahora, cuarenta y ocho años después, Apple Corps estaba interesada en
hacer un documental con dicho material que, en la conversación sostenida con el
cineasta, se reveló que estaba plena y celosamente guardado en las bóvedas de
la productora. Una nota previa al comienzo del film nos informa que el material
base sobre el cual se gestó ‘Get Back’ estuvo constituido por
sesenta horas de filmación y ciento cincuenta horas de audio. Un gran motivo de
placer para un rendido admirador de The Beatles que podría así reproducir ante
sus ojos -y entender mejor que nadie- esas horas difíciles y esenciales en la
vida y en el fin de la banda. Y también un enorme desafío para un cineasta
laureado, muy apreciado por la industria y la crítica, y que venía de conseguir
un rotundo éxito con su documental sobre la Primera Guerra Mundial, ‘They Shall
Not Grow Old’ (2018), que implicó una ardua labor de restauración, coloreado,
adición de efectos de sonido, seiscientas horas de entrevistas a doscientos
veteranos y cien horas de metraje original (1).
Había,
pues, mucho interés en conocer lo que Peter Jackson, con toda esa monumental
experiencia en el trabajo documental, podía realizar con el abundante material
existente. Dicho material, tal como ya lo hemos referido, en su momento, dio
lugar a un film rescatable, aunque, quizás, un poco opaco y falto de brío. Tal
vez por ello los cuatro músicos protagonistas no quisieron saber nada de él. La
película de Michael Lindsay-Hogg, una especie de cine-verité, que filmaba sin
un guion previo, daba cuenta de aquellos gestos y actitudes que ponían en
evidencia las divisiones internas del grupo mientras preparaban los temas del
que sería su impactante álbum de despedida, ‘Let It Be’.
III.
Los orígenes de
The Beatles nos llevan al año 1956 cuando John Lennon y Paul McCartney
empezaron a tocar juntos en pequeños clubes. Dos años después se les unió
George Harrison. Sus pasos iniciales los condujeron a Hamburgo en 1960, y en
1961 estuvieron de vuelta en Liverpool tocando en el legendario Cavern Club.
Los encuentros con Brian Epstein, que fue su mánager hasta 1967 en que murió
por presunta sobredosis, y con George Martin, que devino en su productor
musical, son hitos fundamentales en una relativamente rápida evolución musical,
que los llevó a la gloria.
En 1962
estuvieron listos para entrar a los estudios de grabación. En ese año Ringo
Starr se unió a la banda en reemplazo de Pete Best. Y
el “Love me do”, “Please Please me”, “I saw her standing there” y “Twist and Shout”,
entre otros títulosmás, seconstituyeron
en la puerta de ingreso hacia un universo musical cuyos frescos, enérgicos y
vibrantes sonidos pulsaron aquellas fibras sensibles aún intocadas de una
juventud a la espera de una suerte de liberación física y emocional. Talento,
creatividad y visión comercial y de futuro, los condujeron hacia ese fenómeno
mundial conocido como beatlemanía que los puso en contacto con un público
juvenil dispuesto a darlo y afrontarlo todo con tal de verlos y escucharlos.
Esta constante exposición pública a través de conciertos, películas,
entrevistas y declaraciones en los medios, y que los mantuvo en los primeros
lugares de la noticia y de los rankings musicales, generó como contraparte un
desgaste enorme en la banda que atentó, además, contra su capacidad creativa.
Conscientes de
ese desgaste y de las inmensas posibilidades que tenían de intensificar su
actividad como compositores, los cuatro músicos decidieron a finales de 1966
dejar de lado las presentaciones en vivo. En 1967 murió Brian Epstein y la
banda experimentó un tremendo golpe que más temprano que tarde se reflejó de
manera negativa en su disposición y facilidad para llevar adelante su labor
creativa. En algún momento del film, ellos reconocen que la partida de Brian
Epstein los dejó a la deriva, sin ese padre generador de orden y disciplina tan
necesarios para que la creación fluyera de manera rápida y eficaz. En 1968
luego de la experiencia mística al lado del Maharishi Mahesh Yogi, retornaron a
Londres a los estudios de grabación, con menos entusiasmo, pero con una buena
cantidad de composiciones en el papel y en la memoria para llevar al nuevo
álbum. Luego de la grabación del denominado “Álbum Blanco” (1968), en el que ya
se percibieron serias fisuras en el grupo, los cuatro dejaron entrever
diferentes actitudes respecto a la continuidad de la banda: John Lennon y su
pareja, Yoko Ono, estaban absorbidos por la experimentación con la heroína;
George Harrison pasaba muchas horas abocado a la producción musical; Ringo
Starr estaba ilusionado con su incursión en el mundo de la cinematografía. Y
Paul continuaba batallando, en medio del caos, por la supervivencia de un grupo
que se había constituido en el símbolo de una década tan turbulenta como
pródiga en acontecimientos históricos. (CONTINUARÁ)